En el presente trabajo vamos a analizar y reflexionar sobre un fragmento del libro “Violencia de Estado” escrito por Pilar Calveiro (quien es una politóloga argentina, Doctora en Ciencias Políticas, residente de México ya que se exilió en el mencionado país tras haber permanecido secuestrada en la Escuela de Mecánica de La Armada durante la dictadura militar de los años ’70) y el video “Doctrina del Shock” para finalmente detenernos a profundizar en la dictadura que se dio en el año 1976 en nuestro país que es el punto que más nos generó debates, cuestionamientos y pensamientos críticos.
La dictadura militar que se instauró en
Argentina y constituye un régimen que ha sido calificado por los historiadores
bajo la categoría de “Terrorismo de Estado”. Las violaciones a los derechos
humanos más despreciables del siglo pasado, que hasta ahora se consideran actos
de sadismo, fruto del terrorismo que fue de hecho, un método para aterrorizar a
la sociedad, preparar el terreno e introducir reformas.
Pilar Calveiro estudió principalmente el
funcionamiento de los campos de concentración quien plantea que estos son la
manifestación más despiadada de como se construye ese poder que intenta someter
cualquier tipo de voluntad, transformar a los cuerpos en cuerpos dóciles. De
alguna forma son una expresión de lo que pasa en resto de la sociedad, una
expresión más cruda, más radical pero también una expresión de ese terror que
se expande en la sociedad.
¿Cómo una persona que ingresa al Ejército por
prestigio, por tradición familiar, por tener un trabajo estable o por vocación
de defensa de lo Nacional termina transformándose en alguien que puede torturar
a una embarazada en una cama? ¿Qué pasaría por la cabeza de los genocidas? Ese
mecanismo se construyó o cimentó en dos cuestiones fundamentales: por un lado,
la fragmentación y por otro lado la burocratización.
El trabajo represivo estaba bien fragmentado,
es decir, que había distintas personas que pertenecían a diferentes grupos que
se encargaban de otros aspectos o tareas dentro del “trabajo” represivo. Por
ejemplo, estaban las patotas que eran los que secuestraban, estaban los grupos
de inteligencia que eran los que se encargaban de torturar para obtener
información, estaban los guardias y estaban los “desaparecedores” de cadáveres.
Hubo una fragmentación del trabajo en la cual cada miembro que participa de la
represión solo se hacía cargo de una parte del trabajo pero a la vez todos eran
cómplices de algún modo, aunque parecía ser que la responsabilidad que cada uno
llevaba hacía reducir la culpabilidad, es decir, disminuía la responsabilidad
penal porque se estaba cometiendo un delito y eso les hacía pensar que si no
participaban del todo, su delito sería menor pero también buscaban reducir la
responsabilidad moral al pensar “yo solo me encargo de una pequeña parte”.
Entonces podemos decir que la fragmentación del trabajo represivo genera que
todos estén involucrados pero que su participación sea acotada a una
determinada tarea y de este modo se busca disminuir e incluso desaparecer la
responsabilidad penal y moral.
La burocratización del trabajo represivo tenía
como objetivo generar un doble proceso de deshumanización, por un lado la
burocratización de la muerte se puede realizar si deshumanizas lo que se tiene
en frente porque si percibís humanidad y das cuenta de que es una persona
indefensa sería más difícil torturar y por otro lado, el victimario tiene que
deshumanizarse a sí mismo, ser un poco menos humano para torturar a una
embarazada o tirar a alguien vivo desde un avión por ejemplo. La
burocratización del trabajo y rutinizarlo genera una doble deshumanización: de la víctima y
del victimario.
Por este motivo los campos de concentración
funcionan de determinadas maneras como el hecho de que la vida era lo menos
humana posible, trataban a las personas como animales, estaban en espacios
reducidos, en el piso con los ojos vendados, etc. Es más, los militares
implementaron un lenguaje que deshumanizaba a las víctimas, que les quitaba
sentido de humanidad como por ejemplo, en lugar de hablar de personas, hablaban
de paquetes, de bultos o les colocaban un número. En los campos de
concentración no había espacio para ninguna decisión de los detenidos o
desaparecidos, lo que se buscaba era borrar todo rastro de humanidad de esas personas;
incluso en esta búsqueda de construir un poder total que decidía cuando se
vivía y cuando se moría. A pesar de eso habían pequeños espacios para la fuga,
no existe un poder por más que quiera ser un poder total, que logre convertirse
en ello.
Para ir cerrando el tema, la fragmentación y la
burocratización del trabajo represivo son dos mecanismos que buscaron diluir y
desaparecer las responsabilidades, también deshumanizar tanto a las víctimas
como a los victimarios.
Todo lo antes mencionado demuestra que hubo un
plan sistemático de desapariciones de personas pensado racional y
centralizadamente, es decir, hubo planificación y organización para cometer
todo tipo de delitos y crímenes aberrantes organizado desde el Estado y desde
todas las Fuerzas de seguridad del Estado. Los destinatarios de este terror no
solo fueron los militantes, sindicalistas o pertenecientes a alguna
organización guerrillera sino que estaba más enfocado en instalar el terror, el
miedo y la desconfianza en la sociedad en conjunto. Buscaban construir una
sociedad que se patrulle a sí misma y para eso se pensaron muchos mecanismos
como el hecho de que los campos de concentración en la dictadura estaban a la
vista de todos, construidas en lugares céntricos, para darnos una idea, la ESMA
que fue el centro clandestino más grande que hubo en Argentina, estaba ubicada
en la zona de Núñez a pocas cuadras de la cancha de River Plate, lugar donde
mientras se torturaba gente a pocas cuadras se jugaba el Mundial de fútbol y no
como los campos de concentración del nazismo por ejemplo, (donde llevaban a los
judíos y opositores) que estaban generalmente construidos en las afueras de las
ciudades, lejos de los centros urbanos y apartados de la vista de todos.
Esta fue una estrategia para que el mismo
terror disciplinara a la sociedad como el hecho de realizar secuestros a plena
luz del día en las calles o las censuras que no estaba del todo claro qué
estaba prohibido y qué no, entonces la sociedad “por las dudas” se
autocensuraba. Era un mecanismo más efectivo que la represión en forma directa.
Cabe aclarar que fue difícil reconstruir como
se implementó la represión porque la mayoría de los militares realizaron una
especie de pacto de silencio en el cual en los juicios ni en entrevistas
confesaron muchos de sus crímenes y del grupo que menos se sabía era de los que
desaparecían los cadáveres porque justamente eran los que estaban involucrados
directamente en los crímenes.
La dictadura logró construir la desconfianza,
el miedo y el terror en el otro que trajo consecuencias a largo plazo, la
sociedad argentina quedó con mucho miedo por varias generaciones a la
participación política. La diseminación del terror no fue casualidad, es la
otra cara de la misma moneda que viene acompañada en la implementación del
modelo económico para poder generar las transformaciones en un plano económico
bajo las reformas neoliberales fue necesaria una sociedad pasiva que no
enfrente las transformaciones que se estaban llevando a cabo.
Este caso de la dictadura y golpe de Estado en
Argentina es un claro ejemplo del totalitarismo que habla la autora Calveiro.
Videla y las Fuerzas Militares intentaban abarcar el poder total sobre la
sociedad argentina implantando el terror, el miedo en las personas, las cuales
ya no sabían qué estaba bien o mal. Los regímenes totalitarios actúan como si
tuvieran el control absoluto, rasgo que vincula fuertemente con el imperialismo,
es decir, ellos se creían la única autoridad en el mundo y a raíz de esto fueron
adoptando doctrinas en base a ese pensamiento. Por eso pensamos que este
término “totalitarismo” se vincula de manera inaudible con la doctrina del
shock, con la dictadura, el nazismo, la deshumanización y todos los actos
inhumanos y aberrantes que mencionamos de los campos de concentración y la
manera en que ellos lo veían como “trabajo”.
En la actualidad lamentablemente sigue habiendo
regímenes totalitarios a través de la idea de hegemonía, de globalización, de
las grandes potencias pero de manera menos visible como por ejemplo Estados
Unidos que de a poco va infiltrándose más en varios países por sus recursos
naturales.