Ir al contenido principal

"Si no haces locuras siendo joven, no tendrás de que reírte cuando seas viej@"

Capaccio, Raftopolo y la magia de la literatura - Prácticas Discursivas I - 2°año

En una mañana impregnada de emociones literarias, nos sumergimos en el arte de las palabras al recibir la visita del distinguido escritor Rodolfo Nicolás Capaccio, orgulloso miembro de la primera camada de graduados en la carrera de Comunicación Social. El CIC de la localidad de Dos de Mayo se convirtió en un escenario efervescente, donde las letras y la emoción se entrelazaron de la mano de Capaccio, ganador del codiciado Martín Fierro de Oro por su genial guion basado en la obra de Horacio Quiroga.

En aquel encuentro, no solo tuvimos el honor de presenciar la destreza literaria de Capaccio, sino que nos vimos envueltos en su carisma y pasión por las letras. Cautivó a la audiencia al compartir fragmentos selectos de sus obras, abriéndonos las puertas de mundos desconocidos que habitaban en las páginas de sus libros. Con su estilo único y cautivador, nos transportó a través del tiempo y el espacio, como un hábil mago de las letras que invita al lector a sumergirse en la esencia misma de la narrativa.

Recordando sus palabras, se constituye en mi memoria un pasaje donde Capaccio narraba su experiencia en una partida de truco interrumpida por un parto atendido en la casa de un médico rural. La ambientación era tan detallada, tan llena de vida, que podíamos sentir el frío de aquella mañana narrada y percibir el aroma a cigarrillos y tierra mojada de la historia. Nos dejó con un consejo que resonó como un eco: escribir con detalles y rematar al final para sellar la experiencia en la mente del lector.

La visita de Capaccio no solo fue un honor para los estudiantes de Comunicación Social, sino una oportunidad única para sumergirse en la magia de la literatura y aprender de un maestro de las letras. Su talento y dedicación, reflejados en el reconocimiento de la crítica y el cariño del público, dejaron una huella imborrable en nuestros corazones de aspirantes a comunicadores.

Concluida la jornada, las expresiones de gratitud hacia Capaccio brotaron de los labios de los estudiantes como pétalos de agradecimiento. Fue una lección de literatura viva, donde cada palabra compartida se convirtió en una semilla que germinará en nuestra propia escritura.

 

La transición hacia la segunda parte de la experiencia literaria nos llevó a explorar la obra crítica, poética  y sarcástica de Eduardo Galeano a través de la mirada de Alexis Raftopolo. Galeano, el mago de las palabras que tejía poesía en prosa, se manifestó ante nosotros con su estilo narrativo poético y reflexivo.

Galeano, con su pluma convertida en pinceles de metáforas y detalles evocadores, nos condujo por un laberinto de historias fragmentadas. Cada fragmento, una joya literaria que revela las verdades ocultas de América Latina, entretejiendo narrativas contemporáneas con eventos históricos. Su perspectiva crítica, como un rayo que ilumina las sombras, cuestionó las estructuras de poder, denunció injusticias y dio voz a aquellos silenciados por la historia.

Recordando el relato de Galeano sobre la ley inglesa que condenaba a las mujeres engañeras en 1770, no pude evitar esbozar una sonrisa ante su ironía mientras lo leía en lases. La falta de avances tecnológicos de la época, incapaz de incluir siliconas, liposucciones y cirugías plásticas, añadió un toque de humor a la crítica social. Su capacidad para abordar temas serios con una mezcla de imaginación y creatividad recordó la importancia de encontrar belleza incluso en medio de la adversidad.

La influencia de la poesía y reflexión de Galeano se manifestó en mi forma de entender la realidad social. La burla y el sarcasmo con que aborda temas serios, como el texto de las brujas, me resonaron como una llamada a no tomarnos todo demasiado en serio. Galeano, con su pluma afilada, nos recuerda que la literatura es un espejo que refleja la realidad, pero también una ventana que nos invita a contemplarla desde ángulos inesperados.

Sin embargo, la experiencia con Raftopolo, aunque enriquecedora desde el punto de vista literario, no estuvo exenta de momentos controversiales. Durante su discurso, él se sumergió en el terreno de la política, abordando con entusiasmo las virtudes del peronismo y kirchnerismo, desviándose hacia una crítica despectiva de las ideas libertarias del recientemente elegido presidente. Si bien valoro la diversidad de opiniones y la apertura al diálogo, no puedo pasar por alto la sensación de que, en ese instante, se intentó imponer una única perspectiva política. Como defensora de ideas libertarias, me pareció innecesario que se menospreciaran o ignoraran las posturas políticas que representan otra parte importante del espectro ideológico. La política es un campo de complejidades, y la imposición de una única visión puede limitar la riqueza del debate y la comprensión mutua.

Esta experiencia dual dejó una impronta indeleble en mi manera de escribir. Al relatar la visita de Capaccio, me sumergí en su estilo, buscando transmitir no solo información sino emociones, tejiendo narrativas que invitan al lector a formar parte de la historia. Cada palabra se convirtió en un pincel que pintaba paisajes literarios, enriquecidos por el consejo de Capaccio de escribir con detalle y rematar con maestría.

Al abordar la charla de Raftopolo, mi teclado adoptó la perspectiva crítica y sarcástica de Galeano. Busqué entretejer fragmentos de reflexión poética con la realidad social, destacando la belleza incluso en las críticas más afiladas. Fue un ejercicio de equilibrio entre la agudeza de Galeano y la narrativa de Raftopolo, un intento de capturar la complejidad de América Latina con las herramientas de la literatura.

Estas memorables visitas me enseñaron que la literatura es un vasto espectro de posibilidades, un lienzo en el que cada autor imprime su sello único. Capaccio y Galeano, a pesar de sus diferencias, comparten la misma esencia: la capacidad de transportar al lector a mundos desconocidos y desafiarlos a ver la realidad con nuevos ojos. En mi escritura, busqué ese equilibrio entre la narrativa cautivadora y la crítica aguda, inspirado por dos gigantes de las letras que dejaron una huella imborrable en mi viaje literario.

Estudiante de Comunicación Social UNaM Encargada de redacción en Dos de Mayo Noticias Voluntaria en Fonbec ��Misiones, Argentina